Por Jessica Solano Pineda.
Directora Área Procesal y Litigios Archila Abogados.

Hace más de dos semanas que se acabó “Succession” y si bien es cierto que aquí no tenemos un Jeryd Mencken de casi presidente como en la serie, el sí presidente nuestro da mucho de qué hablar.

Para la víspera de celebración del día de las madres de este año, tiendas Ara anunció que bajaría los precios de más de 200 productos, entre el 10% y el 45% de descuento, ya que querían ayudar con la inflación. Justamente esta preocupación surgió *mágicamente* después de reuniones con el presidente Petro. Inmediatamente se sumaron a dicha iniciativa grandes superficies como almacenes Olímpica, Makro y Éxito entre otros, surgiendo así una guerra de quién bajaba más los precios; lo cual fue aplaudido por el presidente en su cuenta de Twitter.

Pero más allá de tales “obras desinteresadas” realizadas y elogiadas, uno como consumidor y como persona empedernida que desayuna huevo todos los días (sí, es con ustedes capitalinos) debería entrar a preguntarse: ¿cómo es eso posible? ¿cómo es que se pueden dar descuentos a tal margen sin afectar las finanzas de la empresa, y de manera correlativa, qué incidencias podría tener frente a nosotros, los consumidores, so pena de mantener dichas condiciones de menor precio?

Lo cierto es que, esos descuentos brindados de algún lado salen o por algún lado se cobran: riesgo en la disminución de la calidad de productos, disponibilidad de aquellos que hoy se ofertan por otros que afecten la disponibilidad de la canasta familiar, baja en los precios de los proveedores, y uno que resuena y es, el reemplazo de las ganancias dejadas de percibir por otras cosas ofrecidas por el gobierno (y esto último se pone de presente porque salió el Vicepresidente de Olímpica hablando de “negociaciones eficientes”; y pues bueno, es viable pensar que esas negociaciones bien podrían ser con el actual gobierno).

Eso del cambio o la disminución en la calidad de los productos ofrecidos, tiene el ejemplo claro en la noticia de este mes de febrero cuando se cerró un restaurante en Cartago- Valle por sacrificar perros dentro del mismo establecimiento. Más platos de cocina asiática con magníficos y exequibles precios: a cambio de carne de res, carne de perro…

Dicho esto, lo que aquí se plantea no es entrar a revisar los temas financieros de estos almacenes, —que por mencionar de pasadita, con esos descuentos pareciera que el margen de utilidad era lo suficientemente alto para poder disminuir los precios sin afectar finanzas internas—, sino que se prevea que si se van a ofertar esas rebajas, exista una especie de veeduría que garantice que al consumidor en vez de mejorarle no le están disminuyendo la calidad de los productos que adquiere.

Es su momento de brillar “Confederación Colombiana de Consumidores” y “Liga de Consumidores” (guiño especial para la SIC). También que el mismo consumidor haga un análisis de qué está adquiriendo y en dónde lo hace, ya que habrá sitios que por competir en el mercado harán uso de cualquier recurso. La idea no es terminar igual de engañados y decepcionados como Kendall Roy en el último episodio.

Adenda: En este país lleno de realismo mágico, que aparezcan con vida 4 niños, después de 40 días en la selva colombiana del Guaviare desaparecidos, será siempre un motivo de celebración. Ahora solo nos falta que aparezcas tú, Wilson.

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